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D.O. Utiel-Requena


Situada en la parte occidental de la Comunidad Valenciana, es la más amplia y homogénea de sus tres denominaciones de origen. Toma su nombre de las dos ciudades vecinas, Utiel y Requena.

En la actualidad la D.O. Utiel-Requena está creando su propia identidad, fomentando las propiedades de la uva tinta Bobal y al mismo tiempo, los productores están extrayendo el máximo partido de las excelentes condiciones para el cultivo de la vid, muy bien adaptada, por ejemplo, al cultivo orgánico. Todo ello además se ha visto ayudado por el aumento de la inversión en nuevas y bien equipadas bodegas, así como en nuevas variedades. Como resultado, los tintos van alcanzando el nivel de Gran Reserva.



La tradición vitivinícola de la DO Utiel-Requena es de más de 2.000 años como lo demuestran los hallazgos arqueológicos encontrados en varios poblados íberos de la región. El cultivo de la vid y el consumo de vino se remontan al siglo VII antes de Cristo, ya que los íberos se asentaron en esta comarca y formaron ciudades importantes como Kelin.
Tras la llegada de los romanos a esta zona, Kelin mantiene su jerarquía pero entre los años 83 y 77 a.C. entra en decadencia. Con la cristianización, el vino adquiere un carácter sacro y aunque en la religión musulmana existen prohibiciones sobre su consumo, también hay constancia de que los musulmanes hispanos elaboraban vino y lo tomaban. En la DO Utiel-Requena existen numerosas bodegas subterráneas anteriores a la ocupación cristiana y que cumplían la función de almacén doméstico, donde también se conservaba el vino.
De la época medieval son las primeras referencias documentales escritas sobre la vid y el vino, un dato curioso de la uva autóctona, Bobal, es que ya era conocida como planta nueva en el siglo XV.
Siguiendo la tradición medieval, algunos cosecheros podían vender el vino en sus casas, estableciéndose turnos rotativos entre ellos y avisando al público mediante una rama verde o pimpollo de pino que se colocaban en la puerta o ventana de la vivienda como reclamo publicitario.
Gracias al incremento de la población y a la navegación marítima, la viticultura comienza a hacerse más comercial, con la fabricación de aguardientes. Entre los siglos XVII y XVIII funcionaban una decena de fábricas de aguardientes en la comarca.
El siglo XIX supone el auge de la vitivinicultura en Utiel-Requena, ya que se aceleró el ritmo de nuevas plantaciones. En 1847, se abre la que comunicaba directamente la región con el puerto de Valencia y se inicia un importante tráfico de vinos.
En 1887 se inaugura la línea de ferrocarril Valencia-Utiel que propició la formación de verdaderos barrios de bodegas en los alrededores de las estaciones de Requena, San Antonio y Utiel, especialmente en ésta última población, porque en ella tenía término la vía férrea. De esta época data la Bodega Redonda, construida estratégicamente, frente a la estación de tren y que hoy es sede del Consejo Regulador de la DO Utiel-Requena.
No obstante, la principal causa de crecimiento y de demanda exterior de los vinos de esta región, fue la escasez de producción en los viñedos franceses que se vieron afectados por la enfermedad del oidium, durante la década de 1852 a 1862. Tras esta crisis en los viñedos franceses, llegó una nueva plaga: la filoxera que arrasó la práctica totalidad de los viñedos europeos entre 1868 y 1900. En España causó estragos, pero los viñedos de la DO Utiel-Requena se mantuvieron sanos ya que las plantas de Bobal poseen una fuerte resistencia a este parásito y permitió a los viticultores ir sustituyendo los pies europeos por los americanos. En 1965 se crea la primera cooperativa orientada a la crianza y embotellado de vinos de calidad. En torno a la década de los ochenta, nacen en la DO Utiel-Requena las primeras bodegas comerciales de tipo familiar y es en los noventa cuando se produce el gran crecimiento de firmas. En la actualidad, la DO Utiel-Requena cuenta con 110 bodegas registradas.


Situados entre la costa y la meseta central, los viñedos de Utiel-Requena descasan sobre una altiplanicie ligeramente inclinada de noroeste a sudeste. Es una de las zonas de cultivo de España donde los viñedos tienen un crecimiento más intenso y uniforme. Geográficamente, se encuentran entre los dos ríos que recorren la zona sudeste de la zona valenciana, el Turia y el Cabriel.

La orografía es bastante suave, con la mayor parte del viñedo situado en laderas poco pronunciadas. Los suelos son de color pardo, con elevado contenido calizo, sanos y permeables, aunque pobres en materia orgánica. En el norte, los terrenos fluviales del río Magro y en el sur una mezcla de arena y roca con arcilla da lugar al afloramiento poco frecuente de piedra caliza, de la que algunos viñedos hacen buen uso.


El clima continental de Utiel-Requena es uno de los más severos de cualquier zona vinícola española, con inviernos muy fríos donde las heladas y el granizo son bastante frecuentes, y veranos secos y calurosos. De todas formas, los viñedos están bien adaptados a estas condiciones climáticas. Posee unas influencias climáticas mediterráneas muy acusadas, por su cercanía al mar (67 Km. en línea recta).

La época de lluvias llega en otoño y primavera. Durante el verano, el viento Solano mantiene más frescas las temperaturas.

La variedad de uva nativa Bobal ocupa el 78% de los viñedos del interior de la zona valenciana, y en menor medida, Tempranillo, Garnacha, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah.

El clima seco y las condiciones extremas provocan una disminución de las enfermedades e insectos que afectan a los viñedos. La poda de las vides se retrasa a menudo para poder reducir el daño que producen las heladas.

La densidad de las vides oscila entre un mínimo de 1.600 y un máximo de 4.000 por hectárea e, incluso, el 5% de terreno está dedicado a la viticultura orgánica.

En los últimos tiempos, su Consejo Regulador está luchando por obtener un tipo de vino que se elabore con unos métodos de cultivo, proceso de elaboración, crianza y envasado final distintos. Este nuevo vino se elaboraría en pequeños territorios llamados Heredades dedicados a un tipo específico de uvas que darían lugar caldos tintos y blancos sometidos a procesos de crianza y que se denominarían Vinos de Heredad.

El número de viticultores de esta denominación de origen es de, aproximadamente, 7.000 personas.

A pesar del clima, la producción de tintos de crianza es buena. Los elaborados a partir de la variedad Tempranillo maduran más pronto: necesitan dos años en comparación con los cinco de la Rioja. Según los productores esto se debe al clima mediterráneo, a la maduración de las uvas y al cambio de las temperaturas durante el envejecimiento.

Los vinos blancos, por su parte, han sido elaborados durante muchos años a partir de la uva Merseguera, dando lugar a caldos técnicamente excelentes. En la actualidad se elaboran sobretodo a partir de la variedad Macabeo,

Por otro lado, en el 2001 las normas de la denominación fueron modificadas para estimular la creación de nuevos tipos de vinos para fomentar el uso de las uvas autóctonas como los Tintos Tradición (elaborados en un 70% con la variedad Bobal) o los Vinos de Licor (elaborados con las uvas blanca Tardana y tinta Bobal y con una graduación de 15º), además de los Madurados en Barrica (con un paso por barrica inferior a 6 meses).

Los tipos de vinos contemplados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Utiel-Requena son los siguientes:

Superior: Vinos blancos, rosados o tintos, de 1º o 2º año, sin envejecimiento, que poseen unas cualidades organolépticas muy elevadas. Poseen una graduación alcohólica superior a 11º en el caso de blancos y rosados y de 11,5º en los tintos.

Tradición: Vinos cuya principal característica es que sean obtenidos a partir de la variedad BOBAL (autóctona de la DO Utiel-Requena). Solamente admitirá una mezcla de otras variedades en un máximo del 30%. Tendrá una graduación alcohólica mínima de 12 % volumen. En cualquiera de sus tipificaciones finales podría además ser: crianza, reserva, gran reserva, superior o madurado en barrica.

Madurado en barrica: Vinos sometidos a un paso o estancia en barrica de roble o cono, cuyo periodo de permanencia en la misma/o, no será superior a seis meses. Esa estancia, contribuirá a modificar sus características iniciales, transformando con ello sus cualidades cromáticas, aromáticas y gustativas primarias. Su graduación alcohólica será de un mínimo de 12 % en volumen.

Crianza: Vinos sometidos a procesos de envejecimiento en vasijas de roble, en cualquier caso las vasijas destinadas a ello, no tendrán una capacidad superior a los 1.000 litros. El tiempo de permanencia en ellas será al menos de 6 meses. Posteriormente deberán tener un reposo en botella (botellero) no inferior a 12 meses. Grado mínimo 12º.

Reserva: Vinos sometidos a procesos de envejecimiento en vasijas de roble, en cualquier caso las vasijas destinadas a ello, no tendrán una capacidad superior a los 1.000 litros. El tiempo de permanencia en ellas será al menos de 12 meses. Posteriormente deberán tener un reposo en botella (botellero) de 24 meses. Grado mínimo 12º.

Gran Reserva: Vinos sometidos a procesos de envejecimiento en vasijas de roble, en cualquier caso las vasijas destinadas a ello, no tendrán una capacidad superior a los 1.000 litros. El tiempo de permanencia en ellas será al menos de 24 meses. Posteriormente deberán tener un reposo en botella (botellero) de 36 meses. Grado mínimo 12º.

Durante los años 90, la denominación de origen aprobó un nuevo tipo de vino llamado Vendimia Inicial, que recoge aquellos vinos jóvenes destinados al consumo inmediato.


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