La tradición vinícola en la provincia de Valencia se sitúa en un conjunto de antiguas zonas de cultivo alrededor de la tercera ciudad más grande de España. Los vinos tintos, rosados, blancos, dulces, espumosos de licor, espumosos aromáticos y rancios de esta Denominación de Origen son el resultado de diferentes variedades de uva cultivadas en cuatro subzonas. Cada uno de estos vinos se elabora de forma distinta y peculiar.
Debido a la tradición exportadora de la región , la producción se dirige principalmente a los mercados internacionales, por lo que la mayoría de sus vinos no son aún muy conocidos en el mercado nacional.
Los viticultores de la D.O. Valencia han trabajado con ímpetu a lo largo del siglo XX con el objetivo de mantener la elevada calidad de sus vinos. Para ello han firmado acuerdos que han permitido a las bodegas de la zona comprar vino en la vecina denominación de Utiel-Requena. En la actualidad no cesan las inversiones en la zona en pro de una mejora en la calidad de sus vinos y de la creación de una identidad propia.
Valencia es una de las regiones viticultoras de mayor tradición de España, y así lo corroboran diferentes yacimientos arqueológicos de la zona, como tumbas del Neolítico en las que se han encontrado rastros de uvas. El vino de Sagunto, muy apreciado durante la época medieval, ya aparece citado en el siglo II a.C. en los textos de Juvenal y Marcial. El valenciano Arnau de Vilanova escribió uno de los primeros tratados de vino en la España del siglo XIII.
El espléndido lugar donde se sitúa Valencia, con su puerto mirando hacia el Mediterráneo, ha permitido que el vino de esta zona se exportase durante siglos, al igual que sus cítricos. Sin embargo, algunas de las bodegas más grandes están comenzado a trasladarse a las afueras de la ciudad, unas por decisión propia y otras de forma obligada por la reconstrucción del área del puerto, el lugar de origen de muchas de ellas.
Los viñedos se encuentran en la provincia de Valencia, pero a diferencia de su célebre huerta, se asientan a las afueras de la ciudad, en el noroeste y en el sur. La mayoría a unos 30 kilómetros en el interior.
En general, los subsuelos varían de los fluviales de las zonas bajas a los de caliza de las tierras más altas, pasando por las arcillosas tierras intermedias. El tipo de suelo también varía desde la caliza descompuesta en las tierras bajas hasta el suelo arenoso en las tierras altas. Se trata de suelos del Mioceno y el Cuaternario, muy permeables, por lo que no suelen tener problemas de drenaje.
Hay cuatro zonas de cultivo. La situada al noroeste es Valentino, el área más grande de todas, donde los viñedos ascienden lentamente desde el llano de la costa hacia el interior. Esta zona se divide a su vez en tres áreas geográficamente distintas: Cheste y Marquesado, con una altitud de 175-178 metros y con suelos de caliza marrones y rojizos; Campos de Liria, a 278 metros de altitud, donde los suelos son similares a los de las altitudes inferiores; y Serranía, a 550 metros, con caliza marrón sobre subsuelos consolidados.
La segunda subzona es Alto Turia y se encuentra al oeste de Valentino, a 625 metros de altitud sobre el nivel del mar. Posee suelos arenosos. La tercera subzona es Moscatel, situada en los límites occidentales de la ciudad, y elevándose desde el nivel del mar hasta los 100 metros.
Finalmente, Clariano se encuentra al sur de Valencia, separada de las otras tres subzonas y lindando con las ciudades de Játiva y Gandía. Geográficamente, se divide a su vez en dos zonas: una al este, donde los suelos son similares a los de Valentino y están situados a una altitud de 350 metros, y otra es el Valle de Albadia, con suelos que poseen una proporción más alta de arcilla sobre una capa de caliza marrón.
Los viñedos costeros de Valencia tienen un clima claramente mediterráneo, pero la mayoría crece en el interior, donde el clima es continental y las temperaturas pueden caer bruscamente en algunas noches de verano, llegando a variaciones de 30ºC en un mismo día.
Algunas áreas son clasificadas climáticamente como áridas o semiáridas, a pesar de que son habituales las fuertes tormentas y aguaceros en verano y otoño. El granizo se produce de forma ocasional en toda la región y los fuertes vientos son conocidos porque dañan las vides en la zona de Cheste.
De la amplia variedad de uvas blancas que crecen en la zona, Merseguera es la más destacada. Entre las tintas, la Tempranillo está siendo introducida como una variedad noble y su plantación es muy recomendada por el Consejo Regulador. Otras variedades experimentales que se están introduciendo son Merlot y Cabernet-Sauvignon.
Se emplean dos tipos de plantación en función de las condiciones climáticas. Así, en las áreas más calurosas, las vides se plantan de forma libre, muy espaciadas entre sí (2,5 metros) y se mantienen muy cerca de la tierra para preservarlas del calor. En las áreas donde el clima es más suave, la plantación es rectangular y las vides se sitúan sobre espalderas.
La lucha contra la sequía es una prioridad para los agricultores, aunque en la actualidad está permitida el riego por goteo. Como nota característica, algunas cepas viejas pueden llegar a tener más de siete metros de raíces, debido a su búsqueda de aguas subterráneas. El clon preferido es el 41-B dada su mayor resistencia a la sequía. La densidad de los viñedos está bajando y en la actualidad suelen presentar mínimos de 1.600 vides por hectárea y máximos de 2.500.
La vendimia suele comenzar el cinco de septiembre en las áreas más bajas, mientras que en las tierras altas puede llegar a retrasarse hasta el dos de octubre.
Una de las notas características de esta denominación es la amplia gama de métodos de elaboración que se emplean. Así, algunos tintos se realizan de un modo semi-tradicional, sin control de temperatura durante la fermentación, pero con una completa fermentación malolácticaen depósitos de hormigón o en tanques de acero inoxidable. Después, el cuidadoso tratamiento que recibe el vino en la bodega permite preservar el sabor original de la fruta.
Los limpios blancos y rosados son elaborados actualmente en equipos de acero inoxidable con un control total de la temperatura y con fermentación maloláctica. El Moscatel valenciano es un vino fortificado, encabezado para fermentar el mosto.
Por otro lado, dos prácticas locales bastante inusuales caracterizan la elaboración del vino en la D.O. Valencia. En primer lugar, un acuerdo de 1995 vino a formalizar un método tradicional que permite a esta denominación la mezcla con uvas Bobal pertenecientes al cultivo de una de las denominaciones vecinas, Utiel-Requena. Esto ayuda a añadir cuerpo y aroma a los vinos de Valencia.
En segundo lugar se encuentran los criterios de envejecimiento del vino, que aquí suelen ser más cortos que los mínimos requeridos en el resto del territorio nacional. Esta se debe a las condiciones climáticas de la zona, donde las oscilaciones de temperatura son elevadas durante la estación en que la uva madura, lo que acelera su envejecimiento y, en particular, el de la uva Tempranillo. De esta forma, los Crianza deben pasar tan sólo tres meses en barrica; los Reserva, seis, y los Gran Reserva, nueve. Sin embargo, los vinos con un envejecimiento mayor pueden ser elaborados siguiendo los criterios nacionales
Los estilos de vino de la D.O. Valencia son muy variados. Los blancos pueden ser tanto simples vinos para su consumo diario como jóvenes de calidad o secos con una variación de azúcar residual (6-36 gramos por el litro).
Lógicamente, también se encuentran los tradicionales y deliciosos vinos dulces elaborador a partir de Moscatel y Pedro Ximénez, así como los rosados de Garnacha Tinta.
Los tradicionales tintos ligeros han sido siempre bien considerados, a los que se les han unido en la actualidad una nueva gama de vinos elaborados con Tempranillo y Cabernet-Sauvignon.
Los vinos de Crianza comienzan a adquirir importancia y pasan seis meses en barricas de roble americano y, después, un año en botella.
Debido a la tradición exportadora de la región , la producción se dirige principalmente a los mercados internacionales, por lo que la mayoría de sus vinos no son aún muy conocidos en el mercado nacional.
Los viticultores de la D.O. Valencia han trabajado con ímpetu a lo largo del siglo XX con el objetivo de mantener la elevada calidad de sus vinos. Para ello han firmado acuerdos que han permitido a las bodegas de la zona comprar vino en la vecina denominación de Utiel-Requena. En la actualidad no cesan las inversiones en la zona en pro de una mejora en la calidad de sus vinos y de la creación de una identidad propia.
Valencia es una de las regiones viticultoras de mayor tradición de España, y así lo corroboran diferentes yacimientos arqueológicos de la zona, como tumbas del Neolítico en las que se han encontrado rastros de uvas. El vino de Sagunto, muy apreciado durante la época medieval, ya aparece citado en el siglo II a.C. en los textos de Juvenal y Marcial. El valenciano Arnau de Vilanova escribió uno de los primeros tratados de vino en la España del siglo XIII.
El espléndido lugar donde se sitúa Valencia, con su puerto mirando hacia el Mediterráneo, ha permitido que el vino de esta zona se exportase durante siglos, al igual que sus cítricos. Sin embargo, algunas de las bodegas más grandes están comenzado a trasladarse a las afueras de la ciudad, unas por decisión propia y otras de forma obligada por la reconstrucción del área del puerto, el lugar de origen de muchas de ellas.
Los viñedos se encuentran en la provincia de Valencia, pero a diferencia de su célebre huerta, se asientan a las afueras de la ciudad, en el noroeste y en el sur. La mayoría a unos 30 kilómetros en el interior.
En general, los subsuelos varían de los fluviales de las zonas bajas a los de caliza de las tierras más altas, pasando por las arcillosas tierras intermedias. El tipo de suelo también varía desde la caliza descompuesta en las tierras bajas hasta el suelo arenoso en las tierras altas. Se trata de suelos del Mioceno y el Cuaternario, muy permeables, por lo que no suelen tener problemas de drenaje.
Hay cuatro zonas de cultivo. La situada al noroeste es Valentino, el área más grande de todas, donde los viñedos ascienden lentamente desde el llano de la costa hacia el interior. Esta zona se divide a su vez en tres áreas geográficamente distintas: Cheste y Marquesado, con una altitud de 175-178 metros y con suelos de caliza marrones y rojizos; Campos de Liria, a 278 metros de altitud, donde los suelos son similares a los de las altitudes inferiores; y Serranía, a 550 metros, con caliza marrón sobre subsuelos consolidados.
La segunda subzona es Alto Turia y se encuentra al oeste de Valentino, a 625 metros de altitud sobre el nivel del mar. Posee suelos arenosos. La tercera subzona es Moscatel, situada en los límites occidentales de la ciudad, y elevándose desde el nivel del mar hasta los 100 metros.
Finalmente, Clariano se encuentra al sur de Valencia, separada de las otras tres subzonas y lindando con las ciudades de Játiva y Gandía. Geográficamente, se divide a su vez en dos zonas: una al este, donde los suelos son similares a los de Valentino y están situados a una altitud de 350 metros, y otra es el Valle de Albadia, con suelos que poseen una proporción más alta de arcilla sobre una capa de caliza marrón.
Los viñedos costeros de Valencia tienen un clima claramente mediterráneo, pero la mayoría crece en el interior, donde el clima es continental y las temperaturas pueden caer bruscamente en algunas noches de verano, llegando a variaciones de 30ºC en un mismo día.
Algunas áreas son clasificadas climáticamente como áridas o semiáridas, a pesar de que son habituales las fuertes tormentas y aguaceros en verano y otoño. El granizo se produce de forma ocasional en toda la región y los fuertes vientos son conocidos porque dañan las vides en la zona de Cheste.
De la amplia variedad de uvas blancas que crecen en la zona, Merseguera es la más destacada. Entre las tintas, la Tempranillo está siendo introducida como una variedad noble y su plantación es muy recomendada por el Consejo Regulador. Otras variedades experimentales que se están introduciendo son Merlot y Cabernet-Sauvignon.
Se emplean dos tipos de plantación en función de las condiciones climáticas. Así, en las áreas más calurosas, las vides se plantan de forma libre, muy espaciadas entre sí (2,5 metros) y se mantienen muy cerca de la tierra para preservarlas del calor. En las áreas donde el clima es más suave, la plantación es rectangular y las vides se sitúan sobre espalderas.
La lucha contra la sequía es una prioridad para los agricultores, aunque en la actualidad está permitida el riego por goteo. Como nota característica, algunas cepas viejas pueden llegar a tener más de siete metros de raíces, debido a su búsqueda de aguas subterráneas. El clon preferido es el 41-B dada su mayor resistencia a la sequía. La densidad de los viñedos está bajando y en la actualidad suelen presentar mínimos de 1.600 vides por hectárea y máximos de 2.500.
La vendimia suele comenzar el cinco de septiembre en las áreas más bajas, mientras que en las tierras altas puede llegar a retrasarse hasta el dos de octubre.
Una de las notas características de esta denominación es la amplia gama de métodos de elaboración que se emplean. Así, algunos tintos se realizan de un modo semi-tradicional, sin control de temperatura durante la fermentación, pero con una completa fermentación malolácticaen depósitos de hormigón o en tanques de acero inoxidable. Después, el cuidadoso tratamiento que recibe el vino en la bodega permite preservar el sabor original de la fruta.
Los limpios blancos y rosados son elaborados actualmente en equipos de acero inoxidable con un control total de la temperatura y con fermentación maloláctica. El Moscatel valenciano es un vino fortificado, encabezado para fermentar el mosto.
Por otro lado, dos prácticas locales bastante inusuales caracterizan la elaboración del vino en la D.O. Valencia. En primer lugar, un acuerdo de 1995 vino a formalizar un método tradicional que permite a esta denominación la mezcla con uvas Bobal pertenecientes al cultivo de una de las denominaciones vecinas, Utiel-Requena. Esto ayuda a añadir cuerpo y aroma a los vinos de Valencia.
En segundo lugar se encuentran los criterios de envejecimiento del vino, que aquí suelen ser más cortos que los mínimos requeridos en el resto del territorio nacional. Esta se debe a las condiciones climáticas de la zona, donde las oscilaciones de temperatura son elevadas durante la estación en que la uva madura, lo que acelera su envejecimiento y, en particular, el de la uva Tempranillo. De esta forma, los Crianza deben pasar tan sólo tres meses en barrica; los Reserva, seis, y los Gran Reserva, nueve. Sin embargo, los vinos con un envejecimiento mayor pueden ser elaborados siguiendo los criterios nacionales
Los estilos de vino de la D.O. Valencia son muy variados. Los blancos pueden ser tanto simples vinos para su consumo diario como jóvenes de calidad o secos con una variación de azúcar residual (6-36 gramos por el litro).
Lógicamente, también se encuentran los tradicionales y deliciosos vinos dulces elaborador a partir de Moscatel y Pedro Ximénez, así como los rosados de Garnacha Tinta.
Los tradicionales tintos ligeros han sido siempre bien considerados, a los que se les han unido en la actualidad una nueva gama de vinos elaborados con Tempranillo y Cabernet-Sauvignon.
Los vinos de Crianza comienzan a adquirir importancia y pasan seis meses en barricas de roble americano y, después, un año en botella.
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