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D.O. Priorato


El Priorato – llamado en catalán Priorat – es una pequeña y singular área vinícola de negras colinas en la que desde hace ocho siglos se elabora un intenso y profundo vino tinto reconocido por su calidad y exquisitez.

Esta denominación situada en la provincia Tarragona saltó a la fama la pasada década después de comenzar a aplicar nuevas tecnologías en la elaboración del vino. Desde entonces, los viñedos, en los que a comienzos de 1980 se plantaron uvas francesas para unirse a las autóctonas, han producido los nuevos Prioratos . En la actualidad se han convertido en unos de los vinos más conocidos de España y del mundo.

La calidad de sus caldos, tanto los tradicionales como los nuevos, se basa en un microclima y un suelo únicos . Es este terreno y la mezcla de viejos y nuevos vinos lo que ha hecho del Priorato una de las zonas de cultivo más estrechamente observadas de Europa.



Sus orígenes se remontan al siglo XII, cuando los monjes de la Cartuja de Scala Dei, monasterio fundado en 1163, introdujeron el arte de la viticultura en esta tierra. Según cuenta la leyenda, este monasterio recibe su nombre de un sueño que tuvo un pastor en el que veía en este lugar una escalera que llevaba hasta Dios.

Durante siglos, los monjes del monasterio se encargaron de proteger los viñedos y los pueblos de la zona, que alcanzaron un gran prestigio hasta que el estado los apropió en 1835. En este tiempo, las vides ocupaban cada recoveco de las montañas y su cultivo fue continuado por los aldeanos en pequeñas parcelas.

A finales de siglo XIX, la filoxera hizo grandes estragos en los viñedos, cuyos terrenos fueron replantados además de con viñas, con almendros, avellanos y olivos. La desaparición de la mayor parte de las vides de la comarca originó que la población, empobrecida por la situación, tuviera que emigrar.

Fue ya en el siglo XX, en la década de los 50, cuando comenzó la replantación de la vid con el objetivo de volver a conseguir el vino de calidad de antaño. En la decada del 85 al 95 la denominación de origen acabó con la exportación a granel para concentrarse en la creación de un vino embotellado de gran calidad.




El Priorato se encuentra en la comarca de El Priorat, situada en el centro-norte de la provincia de Tarragona, y que se caracteriza por sus suelos de pizarra negra. Los puntos más elevados de las montañas, divididas por los valles de los ríos Siurana y Montsant, alcanzan los 1.124 metros. Los viñedos se distribuyen entre once municipios de los valles, adosados en las terrazas de laderas de las colinas o plantados sobre sus escarpadas cuestas, llegando a estar situados en altitudes de entre 100 y 700 metros.

Esta zona es de origen volcánico, lo que le confiere a sus suelos un carácter único. Su base, llamada llicorella, está compuesta de pizarra rojiza y negra con pequeñas partículas de mica, que hace que el sol se refleje y conserve el calor. La superficie, de unos 50 centímetros de espesor, está formada de pizarra descompuesta y mica. Estas peculiares características obligan a las raíces de las vides a alcanzar la base en busca de agua de lluvia, sustancias nutritivas y minerales.

Las cualidades tan peculiares de este terreno contribuyen a la calidad del vino, así como en el anclaje de las vides durante las fuertes precipitaciones y vientos que caracterizan a la zona. Incluso en las zonas donde las altitudes alcanzan los 700 metros, como en los viñedos alrededor de La Morera de Montsant, el subsuelo ayuda a conferir una calidad excepcional a los vinos.


A pesar de que el Priorato es una pequeña zona de cultivo, en ella se concentran varios microclimas diferentes. Generalmente, el clima es más extremo que el de las mayoría de las áreas continentales, aunque hay contrastes muy marcados entre los valles y las tierras altas. Así, por ejemplo, en esta zona se dan cita tanto vientos gélidos del norte, frenados en gran medida por el macizo de Montsant, como el cálido Mistral que sopla por el este.

Los veranos son largos, calurosos y secos, aunque la temperatura puede caer hasta por debajo de los cero grados en invierno. De forma ocasional pueden producirse heladas y granizo, así como calor excesivo en verano. La temperatura media anual es 15°C y la precipitación, 400-600 mm.


La uva clásica del Priorato es la Garnacha Tinta, que se encuentra en la mayoría de los viñedos antiguos. También están autorizadas la Garnacha Peluda, Cariñena, Cabernet-Sauvignon, Merlot, Syrah y Cabernet. También se permite la utilización de cuatro tipos de uvas blancas: Garnacha Blanca, Macabeo Pedro Ximénez y Chenin.

Las cosechas suelen ser muy bajas debido al propio terreno rocoso que impide la acumulación de agua. Algunas vides se plantan en laderas sin formar terrazas, ya que la erosión de este suelo pedregoso hace que la plantación sea prácticamente imposible.

El cultivo suele ser conducido en forma libre mediante la poda en vaso o en forma de emparrados con poda Royat o Guyot. La vendimia comienza muy tarde, a finales de septiembre o principios de octubre. En la actualidad es muy importante realizar una vendimia cuidadosa y un rápido transporte de las uvas a las bodegas para evitar comienzos de fermentaciones no controladas y la oxidación.


Los tradicionales tintos de Priorato están compuestos en su totalidad de Garnacha Tinta o de una mezcla de Garnacha y Cariñena, que envejece especialmente bien.

Después del prensado de la uva, la fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable a 25ºC, continuando después con la fermentación maloláctica. Cuando está a punto, el vino seleccionado se transfiere a barriles de roble americano o francés, con una capacidad de 225 litros, donde envejecerán de 6 a 24 meses antes de ser embotellados.

En las nuevas bodegas las uvas para los llamados nuevos Prioratos fermentan en modernos equipos de acero inoxidable, dando lugar a vinos de mezcla, equilibrados con variedades francesas para conferirles una mayor complejidad. Después, estos vinos pasarán dos años en barriles de roble antes de su embotellamiento.

Los vinos de Crianza deben pasar seis meses en los barriles de roble y dieciocho meses en la botella. Los Reservas, por su parte, uno año en los barriles y dos embotellados y, por último, los Gran Reservas, dos en barriles de roble y tres en la botella. En la actualidad son muy pocas las

bodegas que se rigen por esta clasificación, siendo la mayoria de los vinos envejecidos durante unos dieciocho mes en barricas nueva de roble de preferencia francés, guardados en botella durante unos 4-6 meses y seguidamente colocados en el circuito comercial. Se los conoce como vino de guarda ya que estarán en su momento ideal de consumo unos dos años más tarde.

Tanto los blancos como los rosados, fermentan en acero inoxidable a temperaturas bajas. La mayoría de las bodegas no emplean la fermentación maloláctica para estas elaboraciones.

Tradicionalmente, el Priorato ha sido un vino tinto de un poderoso color rojo, en ocasiones casi negro, que conserva unas excelentes calidades.


Los vinos tintos pueden ser jóvenes o envejecidos hasta alcanzar la categoría de Gran Reserva. Oscuros, púrpuras, muy enteros y, a veces, ligeramente astringentes, los Prioratos también poseen una notoria suavidad, equilibrio y sutileza.

Blancos y rosados, por su parte, son sólo elaborados para su consumo inmediato por lo que no son envejecidos, si bien se encuentran vinos blancos fermentados en barricas y criados sobre lias.

Todavía se elaboran de forma tradicional los dulces generosos vinos rancios oxidados y los vinos rancios oxidados, que deben ser envejecidos al menos durante cuatro años.


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