
El Penedès ha estado asociado durante años a viñedos y bodegas innovadores. Desde que se convirtiera en la primera zona de España en utilizar equipos de acero inoxidable y fermentación en frío, los viticultores del Penedès han elaborado excelentes vinos modernos procedentes de la mezcla de variedades de uvas autóctonas y francesas. Esto ha sido posible gracias a la variedad de altitudes, terrenos y microclimas del Penedès, que favorece el crecimiento óptimo de los diferentes tipos de uvas.
Más recientemente, se ha favorecido la investigación encaminada a recuperar variedades autóctonas, a desarrollar técnicas de cultivo orgánico y a experimentar con variedades nuevas y con distintas densidades de plantación. Actualmente, se están buscando nuevas fórmulas de elaboración de los caldos, e incorporando barricas que proporcionen al vino mayor poder aromático, untuosidad y largura en el paladar.
Existe un museo del vino en la principal ciudad de la región, Vilafranca del Penedès.
La producción del vino se remonta a la época romana y ha dejado numerosos restos arqueológicos. A partir del siglo XI los viñedos se fueron extendiendo hacia el interior y empezó a exportarse el vino desde los puertos cercanos y, desde 1865, también por vía férrea.
Hasta el siglo XIX, en el Penedès predominaban los vinos tintos. Después de que los viñedos fueran afectados por la filoxera, los productores los replantaron con cepas americanas, que posteriormente injertaron con variedades de uva blanca debido a la creciente popularidad que estaban alcanzando en ese momento los vinos espumosos.
La crianza y embotellamiento comenzó en los inicios del siglo XX. En la década de 1970, los productores comenzaron a introducir la tecnología del acero inoxidable y la fermentación en frío. Aquellos pioneros fueron también los primeros en Cataluña y en toda España en introducir variedades de uvas procedente de Francia. Debido a sus excelentes resultados, fueron posteriormente adoptadas no sólo por la denominación, sino por otras áreas de cultivo de Cataluña.
Los primeros viñedos ecológicos que hubo en España también fueron en la zona del Penedès.
El área de cultivo se extiende al sur de la provincia de Barcelona, con 47 términos municipales, y en una zona (Bajo Penedès) situada en Tarragona, con 16 municipios.
Vilafranca del Penedès es la principal ciudad vinícola de la D.O., que posee tres áreas diferenciadas y claramente delimitadas geográficamente:
Penedès Inferior es la zona costera, que alcanza los 250 metros sobre el nivel del mar.
Penedès Medio es la principal área de producción, con una altitud de entre 200 y 500 metros sobre el nivel del mar. Está situada al sudeste y posee una buena exposición al sol, y un excelente ambiente para la maduración.
Penedès Superior es la zona más alta, en el interior y en la montaña. Sus viñas superan los 800 metros de altitud en los extremos de la meseta central, con escasa producción, pero de elevada calidad.
Los suelos de las tres zonas tienen similares características: ricos en fósforo, bajos en potasio y un 20% de piedra caliza por término medio. En las zonas más bajas, la mayoría de los terrenos son arenosos, mientras que en las mas altas, los suelos calizos. En la zona alta predomina la arcilla.
El clima es mediterráneo con una temperatura media de 14º C. Las lluvias rondan los 525 mm anuales. Los veranos son templados y los inviernos suaves. Sin embargo, como hay una gran variedad de zonas de cultivo, hay numerosos microclimas, que ofrecen la oportunidad de desarrollar una variada selección de vides y extraer de ellas diferentes tipos de vinos.
El viento de tramontana sopla en invierno, pero ya es muy suave cuando llega a esta zona. Las heladas se producen, algunas veces, en primavera. El granizo, que afecta particularmente a algunas localidades, suele ser un gran problema.
Las tormentas de otoño suelen llegar después de la cosecha. La Sierra de Montserrat protege a los viñedos de los vientos fríos del norte.
Una enorme variedad de uvas han sido plantadas en esta zona desde hace siglos: alrededor de 121, de las que muchas han vuelto a ser replantadas recientemente.
Las principales uvas blancas son las que se utilizan para la elaboración del Cava: Macabeo y Xare.lo, así como Chardonnay, Parellada y Malvasía. Se está experimentando también con variedades blancas de Francia y Alemania para la elaboración de vinos secos y dulces como, por ejemplo, Muscat de Frontignan, Riesling y Chenin Blanc.
Entre las variedades de uvas tintas autorizadas se incluyen Tempranillo, Garnacha Tinta, Cariñena, Merlot, Cabernet Sauvignon, Monastrell y Samsó. Todas ellas se han adaptado muy bien a la denominación y están incluso desplazando a las variedades locales.
Todas las uvas están agrupadas geográficamente. Así, Penedès Inferior está plantado de Garnacha, Cariñena y otras uvas destinadas a la elaboración de vinos tintos. En el Penedès Medio se encuentran las variedades del Cava, además de Tempranillo y Cabernet Sauvignon. Por último, en el Penedès Superior se sitúan las nuevas variedades blancas.
Las viejas vides crecen tanto de forma libre como en vaso, a una distancia de 50 cm del suelo para evitar la humedad. Las variedades foráneas crecen generalmente sobre espalderas. Las cepas se adaptan bien al suelo.
La elaboración del Cava, que requiere un cuidadoso tratamiento, ha permitido elevar el arte de la viticultura. La vendimia típica comienza con las más tempranas variedades blancas, que maduran entre mediados y finales de agosto. La cantidad de vides por hectárea ronda las 2.500 unidades.
Penedès fue la primera zona donde se introdujo la tecnología de la fermentación en frío. Más de dos décadas de experiencia han otorgado a los productores el control preciso para elaborar excelentes vinos blancos, rosados y tintos ligeramente afrutados.
Las uvas para los vinos blancos son cuidadosamente transportadas a la bodega y fermentadas separadamente por variedad y tipo de prensado (algunas también se separan en función del área del viñedo) antes de comenzar la mezcla que dará lugar al vino final.
Por su parte, las uvas para los vinos rosados son maceradas durante 12-24 horas antes de la fermentación.
En los últimos años se está produciendo un incremento de la Crianza en roble para los más clásicos vinos tintos y blancos.
Hoy día los vinos blancos del Penedès son a menudo elaborados a partir de una mezcla de variedades autóctonas y francesas. Estos vinos tienden a ser ligeros, frescos, limpios y llenos de fructuosidad y aromas. Algunos, como el Chardonnay, son varietales y ya se emplea la fermentación en barril para su elaboración.
En los últimos años los tintos han adquirido una enorme popularidad y poseen características procedentes de la mezcla de uvas autóctonas y foráneas como Tempranillo, Garnacha y Cabernet Sauvignon. Son ligeros, elegantes y redondos.
Hay algún vino dulce, como el Moscatel o Malvasía elaborados en Sitges utilizando el método tradicional de la oxidación.
Unas pocas bodegas elaboran vinos espumosos, diferentes de los Cavas locales.
Más recientemente, se ha favorecido la investigación encaminada a recuperar variedades autóctonas, a desarrollar técnicas de cultivo orgánico y a experimentar con variedades nuevas y con distintas densidades de plantación. Actualmente, se están buscando nuevas fórmulas de elaboración de los caldos, e incorporando barricas que proporcionen al vino mayor poder aromático, untuosidad y largura en el paladar.
Existe un museo del vino en la principal ciudad de la región, Vilafranca del Penedès.
La producción del vino se remonta a la época romana y ha dejado numerosos restos arqueológicos. A partir del siglo XI los viñedos se fueron extendiendo hacia el interior y empezó a exportarse el vino desde los puertos cercanos y, desde 1865, también por vía férrea.
Hasta el siglo XIX, en el Penedès predominaban los vinos tintos. Después de que los viñedos fueran afectados por la filoxera, los productores los replantaron con cepas americanas, que posteriormente injertaron con variedades de uva blanca debido a la creciente popularidad que estaban alcanzando en ese momento los vinos espumosos.
La crianza y embotellamiento comenzó en los inicios del siglo XX. En la década de 1970, los productores comenzaron a introducir la tecnología del acero inoxidable y la fermentación en frío. Aquellos pioneros fueron también los primeros en Cataluña y en toda España en introducir variedades de uvas procedente de Francia. Debido a sus excelentes resultados, fueron posteriormente adoptadas no sólo por la denominación, sino por otras áreas de cultivo de Cataluña.
Los primeros viñedos ecológicos que hubo en España también fueron en la zona del Penedès.
El área de cultivo se extiende al sur de la provincia de Barcelona, con 47 términos municipales, y en una zona (Bajo Penedès) situada en Tarragona, con 16 municipios.
Vilafranca del Penedès es la principal ciudad vinícola de la D.O., que posee tres áreas diferenciadas y claramente delimitadas geográficamente:
Penedès Inferior es la zona costera, que alcanza los 250 metros sobre el nivel del mar.
Penedès Medio es la principal área de producción, con una altitud de entre 200 y 500 metros sobre el nivel del mar. Está situada al sudeste y posee una buena exposición al sol, y un excelente ambiente para la maduración.
Penedès Superior es la zona más alta, en el interior y en la montaña. Sus viñas superan los 800 metros de altitud en los extremos de la meseta central, con escasa producción, pero de elevada calidad.
Los suelos de las tres zonas tienen similares características: ricos en fósforo, bajos en potasio y un 20% de piedra caliza por término medio. En las zonas más bajas, la mayoría de los terrenos son arenosos, mientras que en las mas altas, los suelos calizos. En la zona alta predomina la arcilla.
El clima es mediterráneo con una temperatura media de 14º C. Las lluvias rondan los 525 mm anuales. Los veranos son templados y los inviernos suaves. Sin embargo, como hay una gran variedad de zonas de cultivo, hay numerosos microclimas, que ofrecen la oportunidad de desarrollar una variada selección de vides y extraer de ellas diferentes tipos de vinos.
El viento de tramontana sopla en invierno, pero ya es muy suave cuando llega a esta zona. Las heladas se producen, algunas veces, en primavera. El granizo, que afecta particularmente a algunas localidades, suele ser un gran problema.
Las tormentas de otoño suelen llegar después de la cosecha. La Sierra de Montserrat protege a los viñedos de los vientos fríos del norte.
Una enorme variedad de uvas han sido plantadas en esta zona desde hace siglos: alrededor de 121, de las que muchas han vuelto a ser replantadas recientemente.
Las principales uvas blancas son las que se utilizan para la elaboración del Cava: Macabeo y Xare.lo, así como Chardonnay, Parellada y Malvasía. Se está experimentando también con variedades blancas de Francia y Alemania para la elaboración de vinos secos y dulces como, por ejemplo, Muscat de Frontignan, Riesling y Chenin Blanc.
Entre las variedades de uvas tintas autorizadas se incluyen Tempranillo, Garnacha Tinta, Cariñena, Merlot, Cabernet Sauvignon, Monastrell y Samsó. Todas ellas se han adaptado muy bien a la denominación y están incluso desplazando a las variedades locales.
Todas las uvas están agrupadas geográficamente. Así, Penedès Inferior está plantado de Garnacha, Cariñena y otras uvas destinadas a la elaboración de vinos tintos. En el Penedès Medio se encuentran las variedades del Cava, además de Tempranillo y Cabernet Sauvignon. Por último, en el Penedès Superior se sitúan las nuevas variedades blancas.
Las viejas vides crecen tanto de forma libre como en vaso, a una distancia de 50 cm del suelo para evitar la humedad. Las variedades foráneas crecen generalmente sobre espalderas. Las cepas se adaptan bien al suelo.
La elaboración del Cava, que requiere un cuidadoso tratamiento, ha permitido elevar el arte de la viticultura. La vendimia típica comienza con las más tempranas variedades blancas, que maduran entre mediados y finales de agosto. La cantidad de vides por hectárea ronda las 2.500 unidades.
Penedès fue la primera zona donde se introdujo la tecnología de la fermentación en frío. Más de dos décadas de experiencia han otorgado a los productores el control preciso para elaborar excelentes vinos blancos, rosados y tintos ligeramente afrutados.
Las uvas para los vinos blancos son cuidadosamente transportadas a la bodega y fermentadas separadamente por variedad y tipo de prensado (algunas también se separan en función del área del viñedo) antes de comenzar la mezcla que dará lugar al vino final.
Por su parte, las uvas para los vinos rosados son maceradas durante 12-24 horas antes de la fermentación.
En los últimos años se está produciendo un incremento de la Crianza en roble para los más clásicos vinos tintos y blancos.
Hoy día los vinos blancos del Penedès son a menudo elaborados a partir de una mezcla de variedades autóctonas y francesas. Estos vinos tienden a ser ligeros, frescos, limpios y llenos de fructuosidad y aromas. Algunos, como el Chardonnay, son varietales y ya se emplea la fermentación en barril para su elaboración.
En los últimos años los tintos han adquirido una enorme popularidad y poseen características procedentes de la mezcla de uvas autóctonas y foráneas como Tempranillo, Garnacha y Cabernet Sauvignon. Son ligeros, elegantes y redondos.
Hay algún vino dulce, como el Moscatel o Malvasía elaborados en Sitges utilizando el método tradicional de la oxidación.
Unas pocas bodegas elaboran vinos espumosos, diferentes de los Cavas locales.
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