Noticias de Actualidad

Noticias de las diferentes Denominaciones de Origen

D.O. Méntrida

Méntrida, una vieja pero conocida zona vinícola, se encuentra en el noroeste de la provincia de Toledo. En la actualidad, está comenzando a mostrar todo su potencial ahora que los productores cuentan con el equipamiento necesario, junto con las uvas, los suelos y el clima, para elaborar buenos y modernos vinos.

Como resultado de todo ello, y después de una fuerte caída de las ventas durante la década de 1980, la D.O. Méntrida está experimentando un renacimiento similar al vivido por denominaciones vecinas como Madrid y La Mancha. Sin embargo, esta resurrección se está produciendo de forma más lenta debido a la mayor ausencia de capital inversor.

La mayoría de la producción es de vinos tintos debido a la gran cantidad de viñedo cultivado con Garnacha, una variedad de uva tinta que ocupa el 80%.





Los vinos se han elaborado en esta zona desde al menos el siglo XVI. De hecho, durante los siglos XV al XIX, el principal mercado de Méntrida era Madrid, y ya a finales del XIX, sus vinos cosecharon premios internacionales.

En los últimos tiempos, Méntrida ha recuperado el antiguo sabor local de sus vinos. Sin embargo, el camino hacia la denominación comenzó en 1976. La fuerza alcohólica de los caldos ha sido reducida a lo largo de los años, y desde el año 2.000 la zona de la denominación se extendió hasta incluir tres municipios más.

Un programa de inversión en equipamientos de acero inoxidable comenzó a dar sus resultados en el 2000, año en el que las exportaciones se reanudaron. En el mes de marzo, los vinos blancos fueron añadidos a la denominación.



Méntrida es una compacta zona de cultivo formada por poco más de 10.000 hectáreas de viñedos situados en el noroeste de la provincia de Toledo. En el sur de la denominación, la vid se encuentra en la ribera norte del río Tagus y de uno de sus afluentes, el río Alberche, que la atraviesa. La orografía es casi llana, y estos ríos han alterado el paisaje formando barrancos y pequeños valles de suaves pendientes. Los suelos son arenosos de color rojizo-marrón, con base de arcilla y piedra caliza. Son pobres en material orgánico, pero retienen bien el agua.

En el norte, la denominación se encuentra con los límites del sur de Navalcarnero, una subzona de la D.O. Vinos de Madrid. Muy cerca de la Sierra de San Vicente, las zona es más accidentada y con terreno más arenoso, mucho más adecuada para el cultivo de viñedo de calidad.

Las altitudes varían desde los 200 a los 500 metros sobre el nivel del mar.


El clima continental de la zona se caracteriza por sus notables contrastes térmicos, con máximas superiores a 35º C y mínimas con frecuencia por debajo de los cero grados. Así, el verano proporciona largas horas de insolación y un intenso calor: el termómetro registra aquí una de las más altas temperaturas de España (45º C).

Las heladas son frecuentes en invierno y las temperaturas pueden caer hasta los –5º C. Las tormentas ocasionales y los fuertes vientos pueden convertirse en un peligro para el viñedo.

Las precipitaciones son escasas y se producen principalmente en otoño e invierno, aunque con la aparición de chaparrones tormentosos en verano.


La variedad principal de Méntrida es Garnacha, que supone el 80% de la vid. El resto de la superficie está ocupada por otras variedades tintas acogidas en el nuevo reglamento del Consejo Regulador, como Cencibel, Cabernet-Sauvignon, Merlot y Syrah, así como una pequeña proporción de uvas blancas como Albillo, Macabeo, Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Las vides están plantadas mayoritariamente en vaso –aunque en las modernas plantaciones se colocan en espaldera- y la densidad varia entre las 1.100 y las 2.500 vides por hectárea.

La vendimia comienza generalmente entre el 10 y el 15 de septiembre.



La mayoría de los enólogos están trabajando duro para poder realizar la fermentación fría en depósitos de acero inoxidable. El control de temperatura es ya habitual


La D.O. de Méntrida permite la elaboración de vinos tintos, blancos y rosados. La mayoría de los blancos, rosados y algunos de los tintos son producidos para su consumo inmediato, aunque también se elaboran Crianzas.

Una nueva generación de vinos está lentamente emergiendo de las reformadas bodegas. Están apareciendo vinos agradables y robustos procedentes de la fermentación en tinajas. Todos ellos están mostrando un excelente comportamiento del que se espera un prometedor futuro.

No hay comentarios: