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D.O. Valdeorras


La pequeña D.O. Valdeorras se encuentra situada al este de Galicia, bañada por el río Sil, y se extiende de este a oeste flanqueada por cadenas montañosas. Las vides crecen en las cuestas de las sierras, a una altura superior a la de las ciudades del valle.

Conocida tradicionalmente por sus vinos, Valdeorras ha realizado durante los últimos treinta años un gran esfuerzo para recuperar las variedades autóctonas, en particular Godello y Mencía, y elaborar un vino con personalidad propia. Así, la espectacular nueva generación de vinos blancos que está surgiendo en los últimos tiempos procede de la más moderna tecnología que aplican las bodegas pioneras de la zona.

Con el objetivo de potenciar la calidad, el Consejo Regulador pretende distinguir dos tipos de vinos: los que incorporarían un 80% de variedad preferente, sean o no monovarietales, que se denominan Valdeorras Superior, y los que incluyan un porcentaje menor, que se llaman Valdeorras.






Es muy probable que Valdeorras, cuyo significado literal es "valle de oro", sea el primer lugar donde comenzó a producirse el vino en Galicia. Después de que los romanos extrajeran el oro de los yacimientos de la zona, sus ejércitos plantaron vides y sus vinos ya aparecen recogidos en al menos una inscripción latina.

Los viñedos pasaron después a manos de la Iglesia y conocieron una auténtica edad de oro durante la Edad Media. Tras un prolongado declive, el siglo XIX vio renacer las viñas de la zona y, ya en el siglo XX, sobre todo desde principios de los años 70, se llevaron a cabo experimentos encaminados a recuperar la variedad Godello. El nacimiento de la D.O. se produjo en 1977.




Los viñedos de Valdeorras lindan con el río Sil, que fluye desde las tierras del oeste de Castilla y Leónhacia la provincia de Ourense. En general se trata de una orografía llana o suavemente ondulada, aunque en algunas zonas presenta también pronunciadas laderas.

Debido a que la mayor parte de los viñedos se asientan preferentemente en el fondo del Valle del Sil, disfrutan de un suelo aluvial y razonablemente fértil, con una elevada capacidad de retención del agua y con la presencia de una cierta cantidad de caliza, que lo convierten en potencialmente óptimo para el desarrollo de las vides.

Los viñedos se encuentran a una altura que oscila entre los 240 y los 320 metros y están plantados principalmente sobre las cuestas que recorren el sur del valle.



Esta zona del este de Galicia se caracteriza por la combinación de climas atlánticos y continentales, así como por la influencia de un microclima que abriga el valle y que propicia el sol y el calor, en los cortos veranos, pero mantiene elevadas precipitaciones que varían entre 850 y 1.000 mm. Las temperaturas pueden llegar a caer bajo cero en invierno.

Las vides se ven amenazadas desde diversos frentes: por las tardías heladas, granizadas, un calor intenso y por fuertes vientos. Además, la conjunción de las brisas atlánticas y el aire seco de la meseta puede llegar a producir violentas tormentas.




Las viejas variedades Palomino, Alicante y Garnacha están siendo sustituidas por la tinta Mencía y la blanca Godello. Estas son las dos únicas uvas recomendadas por el Consejo Regulador, aunque se permite la utilización de otras variedades experimentales, como Moscatel Grano Menudo, Cabernet Sauvignon, Riesling y Tempranillo.

La plantación puede ser en vaso o en espaldera. La vendimia comienza generalmente a principios o mediados de septiembre. En los últimos años, las terrazas se están extendiendo sobre las laderas y, de este modo, los productores están solucionando el problema de las nieblas y el calor intenso que sufre el fondo del valle.



Durante la década de 1980, las bodegas pioneras comenzaron a emplear técnicas de vendimia mucho más cuidadosas, separando viñedos y variedades. Hoy día, la mayoría de las bodegas se han unido a esta tendencia, invirtiendo además en equipos de acero inoxidable.

La fermentación en barrica que se lleva a cabo en la actualidad y la mezcla experimental de la uva Mencía con otras variedades sugieren el enorme potencial de calidad de los vinos futuros.



Valdeorras elabora vinos tintos, blancos y rosados. Se están obteniendo excelentes resultados con los vinos elaboradas en un 85% o 100% con uvas de las variedades Godello y Mencía.

Los vinos jóvenes evocan a los que se hacen en otros lugares de Galicia: blancos frescos, ligeros, chispeantes y limpios, con el sello propio de la zona; y tintos ligeros y afrutados. Se trata de caldos con un carácter realmente distintivo. Los procedentes de la uva Godello son de color oro, más enteros que los Albariños, con una acidez bien equilibrada.

Sin embargo, la espectacular recuperación del viñedo blanco de Godello no ha apartado a los cosecheros de Valdeorras de su ancestral dedicación al tinto. A partir de la Mencía, una variedad que se ha adaptado muy bien a las características de la zona, esta denominación tiene garantizado el éxito a la hora de competir con muchos otros tintos jóvenes, gracias a los deliciosos aromas a zarzamora, ciruela y regaliz de esta uva.

Las diferencias climáticas confieren a estos vinos una menor acidez y un contenido alcohólico más elevado que los de otros lugares de Galicia, con una graduación media de 12,5º.

Aunque hasta hace muy poco tiempo estos y otros vinos de mezcla se han consumido siempre jóvenes, algunas bodegas ya están experimentando con vinos de crianza.

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