D.O. Dominio de Valdepusa

Se han hecho magníficos vinos de terroir en Dominio de Valdepusa, un pago y bodega que pertenece a la emblemática familia de Carlos Falcó, Marqués de Griñón. La aventura empezó a partir de los años 70 cuando se plantaron 14 ha de Cabernet Sauvignon en la finca. Desde entonces, la búsqueda de la excelencia en sus vinos ha estado marcada por su espíritu independiente reflejado en la utilización pionera de técnicas de viticultura avanzada. En el año 2002, Dominio de Valdepusa se convirtió en la primera bodega de España en conseguir una Denominación de Origen con reconocimiento nacional sólo para los vinos en ella producidos, naciendo así la D.O. Dominio de Valdepusa. Su regulación establece que las vides han de situarse en la misma propiedad, y que los vinos, además de contar con reconocido prestigio, han de ser embotellados y envejecidos dentro de los límites de ésta, siguiendo normas de calidad estrictas basadas en el "manual de calidad" de la bodega.

 

Los viñedos se extienden a lo largo de la Finca Casadevacas, una propiedad de 3.000 hectáreas que está en manos de la familia del Marqués de Griñón desde el siglo XIII, y cuya actual bodega fue construida en un edificio que data del siglo XVIII. Carlos Falcó comenzó a crear sus vinos a partir de 14 hectáreas de Cabernet Sauvignon plantadas en 1974. Dominio de Valdepusa adquirió su estatus de D.O. en el año 2002.

 

Los viñedos se localizan en Malpica del Tajo, a 50 kilómetros de la ciudad de Toledo, con una altura media de 490 metros. Tanto la bodega como la D.O. utilizan el nombre del río próximo Pusa, afluente del Tagus. Los suelos decaliza y arcilla de la propiedad, formados en el periodo cretácico, son especialmente apropiados para el cultivo de la vid.

 

El clima de esta D.O. es continental, con contrastes marcados no solamente entre los veranos secos y calurosos, y los inviernos fríos, sino también entre la noche y el día en cada estación. La temperatura media es de 17°C, cayendo a 5°C en invierno y elevándose a 26°C en verano. Las precipitaciones alcanzan un promedio de unos 400 mm. por año.

 

Las vides crecen en tres parcelas que en total suman 40 hectáreas. Las variedades utilizadas en los vinos tintos: Syrah, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, y Graciano -la última adquisición- son las que predominan. Las producciones máximas son de 10.000 kg. por ha. para Cabernet Sauvignon, 12.000 kg. por ha. para Petit Verdot y 13.000 kg. por ha. para Syrah. Se utiliza el riego por goteo para irrigar los viñedos, y el sistema australiano Smart-Dyson, que facilita una insolación uniforme y adecuada de hojas y racimos.

 

Dirigido por el enólogo Michel Rolland french, la bodega produce unos vinos tintos caracterizados por la intensidad de color, la complejidad aromática y un equilibrio entre los sabores a fruta y madera. Después de la fermentación durante diez a catorce días, el mosto se macera con la piel de la uva por un periodo de tres a cuatro semanas. El vino se envejece entonces en barriles de roble francés de Nevers y Alliers. Por último el vino es filtrado, si es necesario, para embotellarlo a continuación. La bodega subterránea, reacondicionada en 1989, permite que la vinificación y el envejecimiento se realicen a temperatura controlada. Las instalaciones incluyen también un laboratorio y una sala de catas.

 

Los vinos muestran sabores profundos de gran alcance y estructurados, que llevan fruta, con taninos suaves y persistentes pero no agresivos. El envejecimiento varía: de 18 a 24 meses para los Cabernet Sauvignon, 8 meses para los Petit Verdot y 11 meses para los Syrah. Estos vinos pueden conservarse hasta un máximo de cinco años en espera del mejor momento para disfrutarlos. Emeritus, el vino estrella de la bodega, utiliza un 50% de uvas Syrah con Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, y su permanencia por 13 meses en la barrica, le proporciona unos aromas intensos pero elegantes. Los Grandes Reservas cuentan además con seis meses adicionales en la botella.