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D.O. Bullas

D.O. Bullas

A pesar de ser una vieja zona de cultivo, Bullas es la más joven de las denominaciones de la Comunidad Autónoma de Murcia. Los viñedos se extienden sobre una extensa zona a lo largo de las sierras de la región, llegando hasta la frontera con Andalucía por el oeste y hasta las llanuras mediterráneas en el este.

Los vinos tintos y rosados de esta denominación poseen un carácter distintivo procedente de la uva Monastrell cultivada en su territorio, caracterizado por su fresco clima procedente de la sierra. Sus caldos de mayor calidad continúan siendo los jóvenes.

La concesión de la categoría de Denominación de Origen ha animado a los viticultores a apostar por una continua mejora de la calidad de los caldos. Para ello, se han llevado a cabo plantaciones experimentales de nuevas variedades de uvas para tintos, rosados y blancos.

Las cosechas han crecido considerablemente en los últimos cinco años y las exportaciones comenzaron en 1999. Se trata de una denominación que posee un gran potencial para el futuro.

La D.O. Bullas abarca once municipios entre los que destacan dos ciudades históricas: Caravaca de la Cruz, un lugar de peregrinaje cada siete años, y Moratalla, sede de la Orden de Santiago durante siglos.

La ciudad de Bullas que da nombre a la denominación ha existido desde la época romana y alcanzó una cierta importancia durante el predominio árabe. Después, tras la Reconquista en el siglo XIII, la zona prosperó gracias a la agricultura y los vinos que se elaboraban para su posterior comercialización.

A mediados del siglo XX, Bullas comenzó a proporcionar vino para el mercado a granel, hasta que a finales de la década de 1980, la bodegas comenzaron a invertir en la tecnología necesaria para elaborar vinos de calidad. Finalmente, la Denominación de Origen fue concedida en 1994.

Bullas, la pequeña ciudad que da nombre a la denominación, se sitúa a medio camino entre Murcia, la capital de la provincia, y las sierras del oeste que marcan el límite con Andalucía. La D.O. Bullas se extiende a lo largo de una extensa área del sureste de España, que ocupa casi la mitad oeste de la provincia de Murcia.

El terreno es de tipografía accidentada con altitud ascendente de sur a norte. Esta tipografía no origina amplios valles, sino pequeños con microclimas propios. Los suelos sobre las laderas son marrones y tan duros que necesitan ser abiertos mecánicamente antes de plantar las vides. Están constituidos por tierras pardo-calizas y de costra caliza, de bajo contenido en materia orgánica, buen drenaje y elevado nivel de caliza, así como de suelos aluviales, de características edafológicas muy variables.

Debido a los diferentes tipos de suelos, pluviometría y clima, la D.O. Bullas se divide en tres subzonas geográficas:

La primera subzona, la Occidental y Noroccidental, incluye el 52% de los viñedos y es la zona por excelencia de la D.O. Bullas. Se sitúa entre altitudes que oscilan entre los 500 y los 810 metros sobre el nivel del mar, a los pies de la sierras. Incluye los municipios de Bullas y Cehegín, parte de los términos municipales de Caravaca, Moratalla y pedanías altas de Lorca. Los vinos de esta subzona son considerados como los mejores de la denominación, especialmente los producidos a partir de las uvas Macabeo y Tempranillo. La producción media es de 45 hl por hectárea.

Los viñedos de la segunda subzona, la Central, suponen el 40% de la denominación y se sitúan en altitudes que oscilan entre los 500 y 600 metros. Se dividen en tres municipios (Mula, Bullas y Cehegín) e incluyen las variedades más nuevas que han sido plantadas en Murcia. La producción varía entre los 13 y los 25 hl por hectárea.En la tercera subzona, Norte-Noroeste, los viñedos se encuentran entre 400 y 500 metros de altitud y representan sólo el 8% del área de cultivo. Comprenden los términos de Calasparra, Ricote, Bullas y Mula. La producción media es de 5-13 hl por hectárea.

Situada entre el Mediterráneo y las sierras del interior de Andalucía, esta Denominación de Origen se caracteriza por veranos muy calurosos, a pesar de que el clima es generalmente más frío que en otras denominaciones murcianas, con repentinos vientos helados procedentes de la sierra.

Los fuertes vientos y las heladas se producen esporádicamente entre los meses de octubre y abril. La temperatura media es de 15,6 ºC.

Periódicamente se producen lluvias torrenciales y tormentas, principalmente en septiembre y octubre.

La principal variedad con la que se elaboran los vinos tintos es Monastrell, presente en el 85% de los viñedos. En cuanto a los blancos, la más utilizada es Macabeo.

Las condiciones de suelo y clima hacen de la D.O. Bullas un lugar ideal para el cultivo de la viña de la forma más tradicional: formación en vaso y en régimen de secano.

La ubicación de las vides varía en función del terreno y la densidad oscila entre las 900 y las 2.200 cepas por hectárea.

La vendimia comienza normalmente alrededor del 15 de septiembre.

En la actualidad, y después de una considerable inversión en nuevas tecnologías, la fermentación fría está totalmente implantada gracias a las más moderna tecnología de acero inoxidable. La elaboración del vino se realiza siguiendo el estilo más moderno, con un fuerte control en la producción, garantizando de esta manera una alta calidad en los vinos.

Las condiciones de suelo y clima hacen de la D.O. Bullas un lugar ideal para el cultivo de la viña de la forma más tradicional: formación en vaso y en régimen de secano, imprimiendo a los vinos de Bullas una fuerte personalidad, que consiguen ser esencia y expresión de la tierra que ha producido sus uvas.

En los últimos años las bodegas de la D.O. Bullas han apostado por un control exhaustivo en la producción, consiguiendo de esta manera vinos de alta calidad, con el sello diferenciador de la Monastrell.

En cuanto a los vinos tintos, presentan una tendencia creciente hacia vinos de crianza y media crianza, manteniéndose también la línea de tintos jóvenes de calidad.

Destacan en los tintos jóvenes la intensidad de color, frutosidad, frescura y calidez. Los crianzas se muestran con cuerpo, sabrosos y bien estructurados. En todos ellos sobresale la gran expresión de la Monastrell.

Los rosados se caracterizan por la amplia gama de colores, fruta, frescura, suavidad y viveza.

Respecto a los blancos, son frescos, frutales (manzana), equilibrados y armoniosos.


 

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